El cine y el audiovisual son dos herramientas muy poderosas para instalar medias verdades como absolutos, ¿quién mira?, ¿quién es mirado o mirada?, ¿para qué miramos y para quién estamos mirando?, ¿pueden los hombres acaso ser femeninos?, ¿y hacer películas sobre mujeres?, entre otras cosas que nos cuenta se pregunta Carolina Costa, directora de fotografía que conocemos a propósito de su ejecución de foto en Las elegidas de David Pablos, película que transita de manera sucinta en el contexto mexicano de la trata de personas.
A propósito destacamos un dato no menor que nos llamó la atención cuando hicimos la búsqueda en Google, y nos refiere a un primer resultado de Wikipedia que no menciona a Carolina Costa en los créditos, si ud quiere saber quién hizo la foto obligadamente tiene que ir a otras páginas pero nunca a Wikipedia. Insistimos en que no se trata de una omisión por error u olvido, es parte de un sistema que justifica argumenta y establece dinámicas que anulan e invisibilizan el trabajo de ellas. Siempre han estado ahí, pero nosotros estábamos mirando para otro lado sin percatarnos de su mirada y de su poesía rigurosa y disciplinada.
A Carolina le pedimos se autodefina, para comenzar este intercambio que publicamos en Todasadentro, semanario cultural venezolano.
Soy una brasileña que salió de su país muy joven a buscar mi propio camino.
-Quién es Carolina Costa y porqué y para qué la dirección de fotografía?
-Pregunta difícil. Soy una brasileña que salió de su país muy joven a buscar mi propio camino. Nunca me gustó tenerlo dictado por alguien o por la cultura de donde salí. Partí de mi país de origen, con una maleta y muchas ganas pero sin ninguna certeza. Viví en Londres por seis años y medio y ahí conocí muchas culturas, ahí me forme como adulto, ahí aprendí lo que es hacer cine. En esos años aprendí a ser una persona abierta al mundo, aprendí cómo y con quiénes hacer equipo, cómo se tratan las personas en mi trabajo, todo esto viendo como se trataban a las mujeres en el departamento de cámara. De Inglaterra fui a vivir a Los Ángeles (EEUU) para estudiar en AFI y ahí aprendí la importancia del trabajo duro, de la colaboración, de la empatía, su importancia y la de la ética de trabajo. Hoy vivo en México y he fotografiado 10 largometrajes, varios cortos, vídeos musicales, comerciales, etc. Quizás no sé decir muy bien quién soy, pero cuando entro a un set para trabajar tengo mucha confianza de porque estoy ahí. Cuando entro en set descubro quien soy de verdad.
La dirección de fotografía para mí es el gran amor de mi vida. Soy enamorada por mi trabajo. Todos los días me enamoro más de lo que hago. Para mí hacer películas es como pegar un grito en un túnel oscuro y esperar que quizás alguien te responda con otro grito desde el lado opuesto, tener certeza de que no es solo un eco de mi voz. La fotografía es una herramienta para contar historias, para compartir el miedo, la rabia, la tristeza, el amor, la felicidad. Es cuando uno puede verse en la pantalla por más que la geografía, cultura o la religión nos separe.
-¿Qué significa y qué implica ser mujer y ejecutar una disciplina “histórica y hegemónicamente” destinada para el hombre?
–Significa que tienes que ser mejor que los otros. Creo que un hombre blanco y heterosexual puede ser “regular” en su trabajo y aun así tener todas las oportunidades. No es lo mismo para una mujer, mucho menos una mujer de color. Todo el tiempo somos cuestionadas y tenemos que seguir probando que sí podemos hacerlo. Cuando estaba en la escuela de cine sabia que tenia que trabajar, al menos, el doble de mis compañeros hombres para poder tener alguna chance. Por esto también creo en la representación, para mí ver una mujer atrás de la cámara cuando empezaba, y en tiempos que no era lo “normal”, me dio la esperanza de que sí podría hacerlo. Y cada paso que una mujer ejecuta o un éxito de una mujer en la industria de cine es un paso para todas. Los números están ahí para enseñarnos que es un camino largo y que tenemos que abrir el mercado, pero ya veo que las nuevas generaciones las cuestiones de género son distintas.
Todo el tiempo somos cuestionadas y tenemos que seguir probando que sí podemos hacerlo.
-¿Qué es lo primero que piensa y hace cuando le toca asumir un proyecto? ¿Por qué? Y seguido de esto pre, rodaje y post o solo rodaje y lo necesario de pre?
-Yo escojo los proyectos en que voy hacer la fotografía. Primero tengo que conectarme con el guión, y después saber si tengo las herramientas para ayudar l@s director@s a contar esa historia. A partir de ahí empiezo a montar como mood boards de colores, de ideas, siempre pienso en los personajes y en sus universos, y a partir de ahí lo que necesito en términos de cámara, luz y otros recursos. Creo que el lado psicológico y espiritual vienen antes, y después es la técnica y la experiencia para ayudar a crear estas ideas. Es decir del abstracto a lo técnico. En el rodaje tengo toda una pre en que realizo biblias que son mis guías para el rodaje, pienso que ahí plasmo todo lo que pensé en la pre. Pero también me parece importante dejar el espacio para cuando la película te muestra que quiere ser otra cosa, tener la libertad de tirar a la basura esta guía, y vivir el momento. En post ya intento alejarme del proyecto, en el sentido que no quiero ver más la película y pensar en la fotografía, claro que tengo que estar al 100 por ciento para la corrección de color, pero intento ver la película completa, sin preocuparme por mi trabajo.
-¿Ficción o documental, reconstruir la realidad o representarla? ¿qué es lo mas difícil y complejo que le ha tocado hacer, considerando las distancias entre ambas formas narrativas?
-Hace rato que no filmo documentales, pero creo que aplico mucho de este formato cuando hago ficción. No creo que exista una imagen que es 100 por ciento documental libre de cualquier punto de vista, y si la hay no me interesa. Busco proyectos que tengan su voz, busco directoras o directores que tengan puntos de vista que yo aun no haya visto en la pantalla…
No me gusta cuando dicen “la mirada femenina”
-¿Mucha o poca luz?
-Esto va de acuerdo a cada proyecto. La historia lo determina. Pero soy de la escuela de iluminar y que se vea como no iluminado. Me encanta iluminar, porque solo esperar que el sol salga me genera ansiedad…
-¿Crees que existe una mirada femenina en el cine? ¿Es lo mismo decir cine de mujeres que cine hecho por mujeres? Cómo se enuncia según qué y quién?
–No me gusta cuando dicen “la mirada femenina” cuando se refieren a que quién está detrás de la cámara es una mujer. Creo que el cine puede ser femenino o masculino u otros y esto no depende de que la cámara la accione una mujer o un hombre. Tengo muchas amigas fotógrafas y no creo que compartimos más que el amor al cine y tener una vagina, no creo que tenemos técnicas o estilos parecidos. Lo que creo es que las mujeres directoras tuvieron menos oportunidades para hacer sus películas y que las mujeres representadas en las pantallas no son personajes fuertes y reales de verdad. Y esto ahora va cambiando, empezamos a ver mujeres que son personajes de carne y hueso, no solo un objeto de deseo y esto tiene que ver con que más mujeres están ahora en la industria del cine. Creo que equipos de hombres pueden hacer una película sobre mujeres, porque ¿los hombres acaso no pueden ser femeninos? Porque dictamos cómo tienen que sentir y crear los hombres. El machismo nos afecta a todos. Entonces qué pasa si uno no se identifica con su sexo o con el mundo binario. Esta necesidad de poner etiquetas a todo nos termina limitando siempre.
Vemos con “normalidad” el que en un equipo técnico, aunque haya mujeres, se les hable en masculino, que venga el gaffer, el eléctrico, dónde está el grip, ¿crees que empezar a llamarlas, es parte del cambio que debe operar en esto de asumirlas posibles ejerciendo estos roles?
-Sí, justo esta semana estaba hablando con otras fotógrafas creo que necesitamos una reeducación y el vocabulario tiene que ser parte de esto.
-¿Que recomendarías a una persona (mujer) que quiere incursionar en cualquier lugar técnico del cine?
-Que no piense que por ser mujer es menos. Que crean en que las luchas van ser mayores pero que la disciplina será lo esencial para lograr lo que se proponen.
César Padilla / México-Argentina
Fotos: Cortesía C.C.
Seleccionada como una de las estrellas emergentes de la asociación de dirección de fotografía estadounidense de 2018, la directora de fotografía brasileña Carolina Costa ha viajado por el mundo fotografiando largometrajes, documentales, cortometrajes y comerciales aclamados por la crítica. Recientemente rodó la historia de la mayoría de edad del director Minhal Baig, Hala, que se estrenará el 26 de enero en Sundance; y el próximo drama de Tara Miele Wander Darkly, protagonizado por Diego Luna y Sienna Miller.
El primer largometraje de Costa como director de fotografía, The Chosen Ones del director David Pablos, se estrenó en Cannes antes de ganar cinco premios Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, incluido el premio de Costa a la Mejor Cinematografía. Su trabajo también fue elogiado por The Hollywood Reporter como “un largometraje bellamente filmado”.
El año pasado, Costa manejó la cinematografía de la segunda unidad y la cámara B para Suspiria, aclamada por la crítica, de Luca Guadagnino, protagonizada por Tilda Swinton y Dakota Johnson. También fotografió el documental Icebox del productor tres veces ganador del Oscar James L. Brooks, ahora en HBO después de su estreno en el Festival Internacional de Cine de Toronto. Sus otros créditos incluyen fotografiar la selección de Cannes de Anahita Ghazvinizadeh They; La película de Max Winkler sobre Tribeca, Flower, protagonizada por Zoey Deutch, Kathryn Hahn y Adam Scott; y la aclamada selección del festival de Karlovy Vary de Darya Zhuk Crystal Swan, que se estrenará en los EEUU el 26 de enero en Slamdance.
Además de los largometrajes, Costa disfruta prestando su experiencia a los comerciales con temas relevantes e importantes. Recientemente colaboró con Diego Luna para rodar el más reciente spot de Jarritos, The Journey, un cortometraje que muestra las luchas y triunfos de los inmigrantes que viven en los Estados Unidos.
Originaria de Brasil, Costa estudió en la Universidad de las Artes de Londres, donde fue asesorada por Sue Gibson, la reconocida primera mujer presidenta de la Sociedad Británica de Cinematógrafos. Costa luego se mudó a Los Ángeles y obtuvo su Maestría en Cinematografía del American Film Institute. Su película de tesis AFI Way in Rye compitió en Cameraimage en Polonia, seguida de su cortometraje de ex alumnos de AFI Contrapelo, que se estrenó en Tribeca antes de ser preseleccionada para los Premios de la Academia.
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