Las mujeres hacemos florecer.

Claudia serrano dice que existe un discurso de igualdad de género pero que no se práctica. 

    

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Claudia Serrano Navarro, nacida en 4 de abril de 1975, estudió cine con especialización en fotografía en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de Cuba y Periodismo en la Universidad Austral de Chile. Fue Directora de Fotografía de varios cortometrajes de ficción y asistente de cámara en varios largometrajes chilenos. En el año 2008 comienza el proceso de rodaje del documental GAP: Grupo de Amigos Personales, finalizando una versión para televisión transmitida por el canal Telesur. Actualmente Serrano se desempeña como Coordinadora de la Cátedra de Fotografía en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de Cuba. Con ella nos cruzamos en el año 2008 a propósito de cumplirse 100 años del natalicio de Salvador Allende y desde entonces hemos mantenido un cruce de palabras de esas que acercan y hacen coincidir a quienes nos alineamos en la necedad. Fue cuando aún sin encontrarnos para trabajar juntes en alguna producción documental o ficción para compartir oficios de fotografía, le propuse dejar huellas en un papel, siendo este el resultado. Un tiempo para sentarse a contestar preguntas entre la crianza, la fotografía y la vida misma.
¿Cómo se define Claudia Serrano, madre, artista combatiente, documentalista?, ¿cómo es ejercer esos roles en medio del gigante proceso de cambios que está viviendo nuestra América profunda hoy día?
En lo personal pienso que el documentalista debiera estar en medio, meterse en las "patas de los caballos" observando y registrando con una mirada crítica, buscando bajo el agua. Los procesos sociales son una oportunidad única para presenciar el desarrollo de la historia, ahí está también la capacidad de detectar la importancia e impacto social de los procesos. La labor del documentalista es consignar una obra que sea parte de la memoria de un país. Tenemos el caso de La Batalla de Chile de Patricio Guzmán, trabajo fundamental en el cine documental Latinoamericano y que muestra cómo los personajes anónimos del pueblo comienzan a ser parte de un gobierno, los conflictos internos, los obstáculos y aciertos de la Unidad Popular en el Chile de los setentas.
Un documental inmerso en la contingencia es un poderoso motor que remueve las conciencias. Si el/a documentalista tiene la suerte de estar en un proceso de cambio de su sociedad, tiene una gran responsabilidad y una gran tarea entre sus manos. Se trata de traducir, de comunicar y crear puentes entre distintos sectores que puedan verse reflejados en los personajes de la historia.
Latinoamérica es un continente lleno de historias a veces inverosímiles y sin embargo reales. Nuestra realidad supera con creces a la ficción, cada vez que hurgamos y encontramos personajes de película que son, sin embargo, fieles representantes de nuestra realidad, caótica, mágica, insurgente y poética.
Bueno hay que estar luchando constantemente con los prejuicios y posicionarse a pesar de todo, demostrando profesionalismo siempre. Sin embargo no es fácil porque muchas veces se valora más el género que los conocimientos o talentos de las personas. Es por lo tanto una tarea difícil pero no imposible, hay que ir abriendo camino; una vez que te conocen y ven tu trabajo te vuelven a llamar, sólo hay que pasar la barrera de las mentes rígidas que creen que la fotografía es masculina.
Eres mujer y madre, ¿un difícil rol para jugar en un continente con una historia tan patriarcal?
En el contexto Latinoamericano es muy difícil ser madre, profesional, mujer. Es mucho trabajo, pero siempre se puede. Creo que las mujeres tenemos una inmensa capacidad de hacer florecer, de concretar y llevar adelante los procesos estancados. Podemos hacer muchas cosas al mismo tiempo y además con eficiencia. El problema es la recarga de trabajo que esto nos da. Desgraciadamente no hay una gran evolución masculina en ese sentido, existe un discurso de igualdad de género que no se lleva a la práctica. En la antigua izquierda es sabido el nivel de machismo que existe, hay entonces una inconsecuencia entre la ideología y la acción, sinceramente espero que las nuevas generaciones puedan realizar cambios en la sociedad y en quienes se suponen que son agentes de cambio.
Hay un camino que están recorriendo algunos hombres y las generaciones nuevas de compartir los roles con agrado y de entender que mientras más se reparta la carga, más feliz y productiva es la experiencia de estar en pareja y criar los hijos y las hijas. A pesar de todo, las mujeres hoy en día se las arreglan para ser profesionales, madres y todo lo demás. Esto nos habla de una energía fuerte, de un motor fundamental en la sociedad y en los procesos sociales que casi siempre es de bajo perfil, pero sin la cual probablemente nada fluiría. Para mí es importante dedicarme por completo a la tarea que tenga por delante, si ya por un documental pongo mucha energía en el caso de un/a hijo/a la concentración es veinte veces más. Educar y criar es una responsabilidad muy grande, eso tiene una dimensión personal e íntima y otra que es social, que tiene que ver con qué tipo de mujeres y hombres queremos formar una nueva sociedad.


¿Cómo definiría al cine documental? y ¿para qué hace cine documental?
Para mí el cine documental es la forma que tiene un ser humano de entrar sin prejuicios en distintos mundos, en la intimidad de las personas. Es la capacidad de ponerse en los zapatos del otro y desde allí contar una historia, desde los personajes y la relación del realizador con ellos. La ruta del documental es siempre cambiante, no sabemos el final, pero es un riesgo que tomamos con gusto y algo de inquietud. Crear un documental es como domar a un caballo. Necesitamos su fuerza conducida por un punto de vista y saber qué queremos decir.
A veces la historia nos atrapa y entramos en ella sin saber hacia dónde irá y es eso justamente lo más apasionante: dejarse llevar hasta lograr encontrar el ritmo y el pulso de la misma. Hago cine documental con un sentido social y político, como un modo de visibilizar historias y personajes que han caído en el olvido o simplemente fueron ocultados o censurados. Lo hago para rescatar lo que me parece importante de conocer por mis pares y que está en el anonimato. El documental es un género muy libre, saliéndose de los cánones clásicos, existe un sin fin de posibilidades expresivas, dramáticas y formales que ayudan a contar la historia.
¿El cine documental tiene que cuestionar?
Creo que sí. Tanto en la forma como en el contenido. Un cine documental sin su mirada propia sólo repite el discurso oficial y se transforma en propaganda o un video institucional. El documental cuestiona la mirada del propio espectador acerca de los temas, lo invita a mirar desde otros ángulos y debiera proponer también su propia estética.
¿Cree que existe o ha existido una corriente latinoamericana del documental?
Sí, completamente. Pienso que existe una rica tradición documental en Latinoamérica, una herencia compuesta de un fuerte sentido social y de denuncia, acompañado en algunos casos de mucha creatividad formal, lo que le da una libertad de expresión como género.
¿Cómo ve el cine documental latinoamericano actual?
En la actualidad veo una búsqueda por las nuevas formas, el énfasis en el punto de vista y una marcada presencia del realizador en su obra. Es una tendencia que se ve mucho en los festivales y a veces se siente que hay documentales más festivaleros que otros. Antes me parece que primaba el contenido y ahora se está haciendo énfasis en la forma y la estética de los documentales, en lo subjetivo, se ha abandonado la ambición de ser “objetivo”. Lo subjetivo es un valor.
¿Qué cree que pasa con la exhibición del documental? ¿Debe existir un espacio aparte en las pantallas?
Es un gran problema la exhibición. Cada vez más personas se interesan por este tipo de cine y no tienen dónde ver en las salas estas películas. Internet ha ayudado bastante en la difusión de documentales inaccesibles para la mayoría de las personas. El documental debiera tener mucho más espacio en la televisión, hay muchos trabajos interesantes que se pierden y los telespectadores tenemos que tragarnos a mayoría de las veces una programación basura, sin ningún aporte. Realmente es un desperdicio, al menos en la televisión abierta chilena.
Pienso que la televisión, desgraciadamente, contribuye a la construcción de la cultura de un país y ayuda a formar visiones de mundo en niños y jóvenes, por lo cual una programación más abierta al documental con su diversidad de temas y formas, sería un aporte para un pensamiento independiente y crítico de la sociedad. El cine documental es la memoria del país, es un cine libre y creativo, cercano, que hace entrar al espectador en la intimidad de las personas. Es un cine honesto y transparente.
Su más reciente película gira entorno al último presidente democrático de Chile, Salvador Allende, y sobre personajes en su entorno íntimo militante de los cuales casi nadie habla. ¿Cómo fue este proyecto?
GAP: Grupo de Amigos Personales me llevó al mundo de la realización. Surge de un compromiso personal con este grupo de hombres y mujeres con una historia tan bella y tan particular sumida en el anonimato. Fue una muy buena experiencia que me ayudó a ver qué era capaz de hacer, a ver los límites y el mundo del documental.
El proyecto surge desde la intimidad, de la experiencia de mi padre en ese mundo, a partir de lo cual me propuse explorar estos personajes con cercanía, respeto y admiración. Fue un regalo poder conocerlos, conversar con ellos, matar mi curiosidad, ir a algunos lugares casi legendarios y oír de boca de los protagonistas los hechos y cómo se vivieron episodios históricos cruciales como lo fue el Golpe de Estado de 1973, por ejemplo. Creo que fue un privilegio poder realizar ese documental. Lo que rescato de la experiencia es la calidad de los personajes, su potencia, ética, consecuencia... hablo de valores y principios que son cada vez más escasos en la actualidad.
Amigos Personales es un documental coral en donde todos los personajes construyen una sola voz, una narración que da cuenta de las emociones, los hechos contados desde seres anónimos en la historia de Chile, pero con una tremenda responsabilidad como es cuidar al presidente de la República asediado por la derecha, los militares y la CIA. Es casi una historia épica, un puñado de hombres en contra del ejército de Chile. Es una bella historia digna del realismo mágico latinoamericano.
Es importante recalcar que este documental pudo realizarse gracias a la confianza y apuesta de una persona que se las jugó por el proyecto y gracias a Telesur que apoyó la propuesta. Vale decir que sin la confianza este documental quizás ahora sería sólo un proyecto y estaría en vías de concretarse.

¿Qué documentales ha visto recientemente y cuáles cree que se acercan más a lo que considera que debe ser un documental?
No creo que haya una sola forma de hacer documental. Un documental debe contar una historia, ser ante todo honesto y tener algo que decir, en mi opinión. La diferencia con la ficción puede incluso ser que los personajes no son pagados, aunque interpreten su historia. Los límites entre ficción y documental son cada vez más difusos. El documental usa todos los recursos expresivos a su alcance para lograr contar una historia y sensibilizar con la misma para lo que toma
muchos recursos de la ficción. Un documental que me gustó mucho es Nostalgia de la luz de Patricio Guzmán. Me gusta la poesía, la sensibilidad y el discurso. Me parece redondo, honesto y sencillo; con una mirada particular sobre nosotros mismos. El documental que borra los límites de la ficción es interesante, elimina las clásicas entrevistas y sólo nos muestra los personajes.
¿El cine documental es víctima de censura? ¿Le han censurado?
Todo cine puede ser censurado. Hay muchas formas de censura, desde la más explícita y directa hasta la más discreta como puede ser que no te exhiban, quedar fuera de concurso, programar a un mal horario la película en un festival, u omitir un trabajo. No sé si me han censurado directamente. Quizás he padecido la omisión, algo que por lo demás es muy común en Chile.


César Padilla
https://www.instagram.com/cehistorialgo/

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