Exigimos respeto por nuestra mirada.


Lilih Curi, cineasta documentalista nacida en Brasil, dice que es posible crear historias con tramas que no estén circunscritas al universo patriarcal.




Con Lilih Curi nos conocemos gracias a la colaboración de Yuraima Herrera y Gabriela Sandes, ambas del Talent Buenos Aires 2014, esa cosa del andar en y con la imagen que nos va acercando para configurar un encuentro en espacios comunes para que los y las comunes nos reconozcamos; desde que dimos inicio a esto de publicar en Todasadentro, ellas han sabido prestar apoyo tendiendo puentes con compañeras del audiovisual y el cine, que es más o menos de lo que va este espacio en el semanario, de visibilizar el trabajo en la imagen de mujeres, fundamentalmente mujeres, no publicadas, no tan conocidas. No se trata de un varón cediendo la palabra, sino de un varón anti-privilegios acompañando la visibilización de las mujeres.

Sírvanse de Todasadentro, este medio venezolano de circulación semanal, para que lean y disfruten de esta conversa con Lilih que les comparto, y que lanza líneas duras para pensar la mirada desde un lugar emancipatorio y comprometido.

-¿Quién es Lilih Curi?

Una mujer en constante transformación, inquieta, incansable, obstinada y con una inmensa sed de justicia. Una mujer que encuentra en la creación el sentido de vivir.

-Helena Solberg, Lucia Murat, Carmen Santos, Ana Carolina Texeira a Lilih Curi, hacen cine en un mundo dominado por el sentido común patriarcal, ¿qué significa hacer cine bajo esa lógica?

Esta pregunta refiere a si en el fondo las mujeres queremos hacer un cine patriarcal? ¿Entiendo bien? Si fuera así, yo creo que…

No hay una disputa segura para aquellos/as que ya están en desventaja, históricamente hablando. Cuando las mujeres reclaman un cine de autor, porque es de esto lo que estamos hablando, estamos delimitando nuestro espacio para tener la visibilidad, la escucha y la actuación de derecho. Me inspira el concepto de Lugar de Fala, de la filósofa y escritora negra brasileña Djamila Ribeiro: existen pautas que son de quienes experimentan, por ejemplo, mujer, lesbiana, negra, etc. Hay experiencias que pasan la singularidad de cada persona. Entonces, lo que exigimos es la oportunidad de contar nuestra propia historia, nuestra mirada sobre las cosas, ¡sobre el mundo! Hablar desde mi experiencia o, al menos, representar historias que no he vivido pero que a través de la empatía debo colocarme, siempre con un interés especial en el asunto que es el otro, en el aprendizaje de la otredad, con responsabilidad y ética. O, si no, me quedo callada y  me reservo el “lugar de escucha”.

¿En opinión de Lilih Curi, Es posible hablar de un cine feminista?

-Sí, porque es posible crear historias en que las tramas no están circunscritas en el universo patriarcal. Lo que vemos, en su mayor parte, son guiones guiones escritos por hombres blancos, heterosexuales y ricos, sin un mínimo de empatía por el mundo que los rodea: el mundo de las mujeres, de las personas LGBT, de los negros, etc. Guiones con un horizonte limitado de expectativas, con respecto al universo de los personajes. Nosotras, las mujeres, somos diversas, tenemos experiencias, mundos y creencias muy diferentes entre nosotras, no solo somos aquellas a quienes les gusta seducir los hombres, que sufren por un amor, por un hombre, que son sumisas, estamos más allá de lo que nos atrae el espectro machista. Somos madres-solos (no soleras), somos ateas y también religiosas, somos bisexuales, lesbianas, transexuales, además de heteronormativas. Somos hijas, hermanas, amigas y también mujeres casadas. Somos adoptadas, solitarias por elección o sin hijos también por elección, somos un m

undo de posibilidades, mucho más allá de las relaciones con los hombres y con lo que el papel social patriarcal nos ha dado forma.

-¿A qué se refiere cuando dice «tramas viciada»?

-Cuando digo que las tramas son viciadas, significa que siempre ponen a los personajes femeninos en el mismo lugar: uno que no vive sin un hombre, otro que no tiene voz propia, que está subordinado a su esposo / relación afectiva, a los hombres de la familia. Los guiones, y la dirección y la fotografía, en consecuencia, son las claves de los cambios de representatividad que queremos generar en el contenido audiovisual, en la televisión, en el cine, etc. En síntesis, sabemos

que, a través de nuestro trabajo, podemos crear una nueva cultura de equidad de género.

-¿Qué hacen al respecto?

Recientemente hemos sido más rigurosos al hacer espacio para esta escucha social, también estamos creando una nueva cultura de escritura de personajes, más consistente con nuestros discursos. Las películas que dirigimos deben romper los paradigmas patriarcales e inaugurar otra lógica social en la que las mujeres puedan representarse a sí mismas en sus múltiples afectos y formas de ser en el mundo. Lo mismo ocurre con cuestiones de raza y sexualidad, etc.

-¿Narrativas documentales de occidente o nuevas narrativas? Podrías hablarnos de la muestra “lugar de la mujer en el cine”

-¡Narrativas sin ataduras, narraciones libres! Iré al Líbano para grabar las últimas escenas de Mátria, mi primer largometraje documental. Voy a mis raíces matriarcales, de vuelta en

el Medio Oriente. Y veo mucho del cine iraní; ¡Hay perlas increíbles! Entonces, tal vez lo que me inspira a realizar, si tenemos que crear una clasificación, es una especie de doc-fic, un híbrido de géneros, porque en el fondo nadie más lo sabe qué es verdad y qué es representación, ¿no es así? Y lo saben desde hace mucho tiempo. Entonces, siento que no hay nada nuevo. Lo que hay es un mayor espacio de visibilidad forjado por nosotras, las mujeres, y Mostra Lugar de Mulher é no Cinema colabora para que esto suceda. Este es un festival, una acción continua de mostrar cortometrajes brasileños dirigidos y / o protagonizados por mujeres. El programa consta de sesiones de cortometrajes de hasta 20 minutos, sesiones competitivas y no competitivas, y el evento tiene como objetivo dar visibilidad a la producción cinematográfica de mujeres que contemplan la diversidad de temas, enfoques y géneros. La cuarta edición está programada para diciembre de 2020 en la ciudad de Salvador y todavía tenemos planes, en el futuro cercano, para crear sesiones de largometrajes y también mostrar películas internacionales.


Hay una generación de jóvenes ingresando cada vez mas a las escuela de cine, algún consejo sugerencia que podrías dispensar para ellas, para ellos.

-Hacer, producir, realizar! Como dijo Glauber Rocha: “Una cámara en mano y una idea en la cabeza”, esta es la mejor escuela. La cámara de hoy puede ser el teléfono celular, pero antes que nada debes saber a qué te refieres, ¿crear para quién? Es importante tener algo que decir y escuchar mucho, leer mucho, ver muchas películas y, lo más importante, desarrollarse como una persona humana. El cine, el audiovisual, las artes en general son espacios para respirar, espacios para conectarse con nuevos paradigmas, espacios para ejercitar lo mejor de nosotros mismos para transformar el mundo en lo que creemos que es lo mejor: un mundo de paz social, un mundo de respeto por las diferencias, de respeto por la naturaleza, un mundo de solidaridad. Los artistas somos instrumentos de esto y debemos llevar a cabo nuestro trabajo de manera responsable.

Alguna recomendación indispensable para mirar en el genero documental hecho por mujeres del Brasil y del mundo

-Sí. En Brasil, Maria Augusta Ramos, quien dirigió El proceso (2018), Justicia (2004), Juicio (2007), entre otros; Petra Costa, quien dirigió Democracia da Vertigem (2019), Elena (2012), Olmo e a Gaivota (2014) y Camila de Moraes, una cineasta negra que dirigió, O Caso do Homem Errado (2017). Fuera de Brasil, recomiendo el trabajo de Agnès Varda, Chantal Akerman y las películas de la directora iraní Samira Makhmalbaf, que tiene un cine contundente, muy político, y que hace híbridos entre documental y ficción.

César Padilla / Buenos Aires, Argentina

https://www.instagram.com/cehistorialgo/

Traducción: Milagros Diaz

Fotos: Daiane Rosario/ Claudio Zakka/ Marina Lordelo



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