Orgullosa del cine zuliano.

 

 


Publicado en  Todasadentro  Semanario de las culturas en fecha 18 de Agosto 2020.

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Para Jeika Gotera la producción audiovisual es a la vez narrador y protagonista de las revoluciones.


Con Jeika Gotera nos conocimos a propósito del rodaje de “Vernos Juntos” con la gente de Siete filmes, ya entonces había sido convocado a compartir la foto, me subí a su automóvil rojo para irnos a San Agustín, ese rojo color tan antipático para algunos y tan hermosamente querido y asumido por otros y otras que lo llevamos en el pecho en un “tan, tan” particular sonido, en la sangre para sabernos vivos y en el hueso para caminarlo, es un rojo fuego que aviva la necedad de ser necios y necias. Andábamos visitando locación, en medio de una prueba de cámara, con su acento maracucho atravesado y lírico, oyendo una pieza de Abel Pintos y  entrarle a una semana de rodaje en candela. Son esos tiempos que según el plan, siempre andas menos una semana. Dejo con ustedes a Jeika para dialogar con Todasadentro a propósito de la producción audiovisual. Es colega de Ariadna Mogollón, ejercen en paralelo aunque no se conozcan y llevan con ellas esa fuerza femenina característica de un tiempo y un contexto histórico.

-¿Quién es Jeika Gotera y por qué decidió incursionar en la producción audiovisual?

-Nacida, crecida y formada en Maracaibo, la primera ciudad de Venezuela donde se proyectara una película por 1897. Me estrené en la producción audiovisual en 2007, durante mis primeros años de universidad en la escuela de Comunicación social.

La plataforma televisiva de la región, desde siempre pionera en las artes audiovisuales, me dieron mis primeras lecciones en la producción. A cargo de dos programas de trasmisión directa me enamoré, con esa locura de los primeros amores, con esa locura de la que aún hoy no me quiero desencantar.

 

 

Me estrené en la producción audiovisual en 2007

 

-¿Qué implica ser mujer y a veces dirigir equipos de hombres?

-En un mundo siempre complejo, la producción audiovisual es a la vez narrador y protagonista de las revoluciones, de las evoluciones y por qué no, también de las involuciones; sin embargo, sobre la división sexual del trabajo es valioso reconocer y visibilizar la importancia de estos tiempos, buenos tiempos a mi parecer. La incursión femenina en un medio mayoritariamente masculino, vasto de imposiciones patriarcales, y la posibilidad de ejercer cargos de autoridad o control es sin duda una gran responsabilidad, pero sobre todo una importante conquista en aras de la creación más allá de géneros o estereotipos, en favor de las reivindicaciones de las mujeres y en amparo del talento femenino que durante décadas se ha visto sometida a prácticas inmorales como tributación inherente de este mundo, que es, más bien, esencialmente humano.

Ser mujer y dirigir equipos de hombres, en este como en todos los ámbitos de la vida, es un reto pero sobre todo un derecho de cualquier mujer en sintonía con sus capacidades, valores y virtudes creativas.

 

 -¿Ficción, publicidad, videoclip o documental?

-Con la fortuna de haber producido todos los géneros, y aunque entiendo que cada uno tiene un proceso particular y enriquecedor, como productora puedo elegir sin dudar documental y ficción.

El primero marcó un inicio. Las historias que la gente cuenta, las circunstancias particulares de cada personaje de la cotidianidad, sus vivencias y motivaciones para ser y coexistir me resultan encantadoras. Como productora de documentales hay una conexión mágica con esa realidad, una pequeña venia para ser parte de eso, para sentirte y vivir en el marco de tus limitaciones profesionales esa historia, una sensación incomparable.

La ficción es un reto, formas parte de la construcción visual de alguien que quiere contar, y esa condición exige empatía con la idea, aprender un poco de actuación, dirección, fotografía. Te conviertes en uno de los vehículos que el guionista necesita para contar su historia, y ese proceso implica un constante aprendizaje que va llenando de experiencias importantes al productor.

-¿Cuál es el trabajo más bonito y complejo que te ha tocado ejecutar en esto de la producción y cuál es más feo (si pudiera así llamarse), alguna producción de qué arrepentirse?

El más bonito y complejo, y el que más me ha enamorado, hasta ahora, fue una producción en el estado Falcón, en la Península de Paraguaná, tierra árida, clima seco y un sol abrazador. Para la producción de ese film estuve internada en seis comunidades. Pueblos que sobreviven a condiciones absolutamente adversas, sin agua, sin electricidad, sin internet o señal telefónica pero que regalan risas y atardeceres sin reservas. Un trabajo exigente físicamente pero con una disposición humana increíble, gente a 38° bajo el sol dispuesta a pararse allí solo para darle forma a tu proyecto. Era literalmente como tener 500 asistentes de producción. Sin duda es un lugar al que volvería porque está lleno de Gente, y de ganas; y una historia que siempre recordaré por Orangel Lugo y Fabricio Contreras.

Respecto a algún arrepentimiento creo que sería imposible. Cada experiencia ha sido un aprendizaje y en este camino, los errores son ganancia. Lo más cerca de algo que pensé no hacer de nuevo sería tv, y aunque llegué a decirlo y efectivamente lo dejé un tiempo, bastó volver en alguna oportunidad para sentirme de nuevo enamorada y entusiasmada. Creo que más que proyectos, lugares o géneros, hay personas o equipos a los que ya no volvería.

  

La incursión femenina en un medio mayoritariamente masculino, vasto de imposiciones patriarcales, y la posibilidad de ejercer cargos de autoridad o control es sin duda una gran responsabilidad.

 

-De cara a la pandemia, tiempos difíciles para la producción que implica estar en contacto con la gente, háblanos cómo ves el futuro próximo.

-Son tiempos difíciles para todos, no hay una persona en el mundo que no se sienta marcado a partir de estas circunstancias. En el caso de los productores, el distanciamiento, el control de aforo, las medidas de seguridad e higiene implican un subidón en los presupuestos de producción, replantearse historias, locaciones, figurantes, es como si nos dieran vuelta a una mesa de juego y empezar de nuevo, pero ¿y no es así en todos los aspectos de la vida a partir de esta nueva normalidad que la pandemia nos impuso?

Somos seres sociales y tocará como en la vida misma reinventarnos, eso sí para ello necesitamos primero vivir porque si algo exige esto que yo insisto en llamar circunstancia es entender que en este momento es la vida lo que está en juego y que seguir adelante, ser parte de la nueva normalidad y las forma que juntos encontremos para contar esta o cualquier otra historia cinematográficamente, dependerá de nuestra capacidad ahora de preservar la vida, del nivel de conciencia. 

Si miramos el vaso medio lleno podemos decir que somos una generación que tiene la oportunidad de crear metodologías para el futuro. Somos los que estamos reinventando y reeditando.

-¿Qué le pudieras decir a alguien que está pensando en dedicarse a la producción de audiovisuales hoy?

-Según mi experiencia en este quehacer creo que la mejor recomendación que puedo dar es tener disposición;  escuchar para innovar y para aprender siempre, sin importar cuan experto te sientas. Trabajar en las Artes es tener sensibilidad, pero ser funcional, conocer y prepararse cada día. El Audiovisual es complejo, tiene encantos, retos y complicaciones que nadie puede descubrir desde una perspectiva absoluta porque depende de cada uno, pero vale la pena, trabajar en lo que a uno le gusta siempre vale la pena.

¿El audiovisual como una mediación transformadora o como mero entretenimiento?

-Como un medio transformador siempre. El entretenimiento estuvo durante años presente en nuestras vidas, creando masas mudas, ser parte de la transformación de individuos es un compromiso con las nuevas generaciones. Incluso una forma de aprender de esta historia de la que nos hablan en las aulas de clases, de esos métodos que serán la forma de comunicar en el futuro. Entender el compromiso y ser vehículos para llevar un mensaje diferente y mas tolerante para ese mundo mejor que intentamos reconstruir.

 

  -¿Alguna película que mirar para aprender?

Never Reraly Sometimes Always, dirigida por Eliza Hitman, El Sol que abraza, drigida por Chung Mong-hong, Adú, dirigida por Salvador Calvo.

Todas ficciones, coinciden en el argumento: temas sociales, y es que el cine parece volcado a la visibilización de problemas sociales mundiales, nuestra de ello es la pasada edición de los premios Oscar, en el que la mayoría de los filmes nominados a mejor película estaba muy marcada la problemática común de las clases sociales, trabajadora.

Importante para el proceso de aprendizaje es la búsqueda constante de todo tipo de films, estar atentos y abiertos a ver de todo.

-Hay un mito con que en las escuelas de cine mandan ver películas viejas y leer textos viejos y eso muchas veces reduce u ocasiona abandono de la carrera, ¿Algún consejo para estudiantes de cine y audiovisual?

Hacer cine es entender la dinámica de hoy en día, las posibilidades técnicas y creativas actuales, considerar los intereses de la sociedad moderna y los grupos a quienes queremos llegar, pero también entender y valorar en su justa dimensión los inicios, lo que llamamos clásicos. La historia del cine se sigue escribiendo y hacer parte de esa construcción solo es posible desde el conocimiento.

El único consejo que puedo darles y darme a mí misma es que nos abramos al aprendizaje y a vivir nuevas experiencias, nada se puede dar por sentado, el ser humano debería insistir en el aprendizaje constante y es ahí donde está el verdadero secreto del éxito, saber de todo, leer, ver, escuchar y practicar todo lo que te gusta. El mundo del cine tiene la particularidad de enamorar cada día a quien lo hace, vivir de él es un privilegio y solo lograremos ese privilegio si no desistes del aprendizaje.

César Padilla / Zulia

Fotos: Archivo Jeika Gotera cortesia Diko Cañas, Marcelo Volpe.

Siete filmes (vernos juntos)

  

Biofilmografía

Comenzó en la producción audiovisual a cargo de dos programas de trasmisión en directo en televisión local: Amanecerá y veremos, y En análisis con el Padre Vidal. Más tarde incursionó en la producción de teatro y eventos musicales, conciertos y festivales, así como de video clip y registro visuales de conciertos. Fue parte de la producción y de documentales como Orígenes, Cocuy: Bebida, tradición y resistencia, Sembrando el agua, La canción necesaria y Raíz. Participó en el largometraje Vernos Juntos, de la mano de importantes creadores del cine venezolano.

Residenciada en Madrid, hace algunos meses, haciendo una profesionalización en Producción Cinematográfica y paralelamente adelanta un proyecto latinoamericano. Realiza colaboraciones en Venezuela con trabajos colectivos.

 

 

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