Victoria Telleria: “Toda labor es así, es una pasión. Preparen, que vamos con todo”

 

 

Con Victoria Telleria nos conocimos en las clases de Unearte (la Universidad Nacional Experimental de las Artes, en Caracas), no recuerdo si era Historia o ya directamente las clases técnicas. La primer anécdota fue que chocamos en un asunto de conceptos y definiciones; yo insistía en el RGB y ella en el CMYK, no había equivocaciones, solo miradas y experiencias técnicas diversas que vendrían a complementarse.

Desde dirección de arte se oía el reclamo de que estaba vaciando el aula. La cuestión es que cuando se decide estudiar cine y artes audiovisuales, se asiste colmados de expectativas que no se terminan de configurar sino cerca del segundo año de carrera, salvo que traigas una experiencia previa. La opción académica es parte de un proceso continuo no iniciático. Victoria y Mary “La China”, venían de dirección de arte, tenían que cursar Cinematografía I y terminaron enamoradas de los roles técnicos del departamento de foto.

La clase se abría a las ocho de la mañana, en punto y la puerta se cerraba a las 8 y 10 minutos, así quedara gente adentro o gente afuera. Se trataba de la lógica disciplinaria para entender los llamados a rodaje, siempre en la necedad de lograr un espacio de ejercicio y aprendizaje con disciplina y rigor. Ese curso siguió al nivel dos, se vinculó a Iluminación y asistió a las primeras prácticas en la Villa del Cine;  acuñaron la frase “cine o nada”, para delinear el tránsito a sus sueños.

Victoria recién llegaba de la ciudad de Valencia, al centro geográfico de Venezuela, con la carrera de diseño en la mochila y muchas ganas de hacer y deshacer. Siempre necia, siempre eléctrica, siempre instalando largas interrogantes en clases. Esta entrevista estaba pronta a cumplir un año de ser imaginada y las preguntas viajaron en incómodos asientos de WhatsAap y regresaron en Word durante un receso de rodaje. Desde el semanario Todasadentro celebramos hoy que podemos presentarles a una técnica de cine con 28 años y que ya tiene un reel para mostrar, ocupando espacios que le pertenecen por igualdad de condiciones y derechos, esta es Victoria, tan subersiva como su nombre y tan rigurosa como el cine que anhela fotografiar.

¿Quién es Victoria Telleria? Cuéntanos de ti, ¿qué elementos operaron en tu vida para decidirte a elegir esta profesión?

-Esta Victoria Telleria, nace en Venezuela, en el estado Carabobo, hace unos 28 años atrás, el 11 de febrero de 1993. Soy estudiante de cinematografía en la Universidad Nacional Experimental de las Artes, (Unearte) y trabajo como técnica cinematográfica en el departamento de cámara. Desde pequeña el audiovisual ha sido mi centro de fascinación. Cuando tenía 10 años de edad, mi mamá me llevó a un casting para un nuevo programa infantil llamado “Entre Chamos” de una televisora estatal que se llamaba “Dattv”.  Al poco tiempo de grabar los primeros episodios sabía que mi mundo estaba en el set, pero no frente a cámaras sino detrás, ya que me la pasaba metida en la cabina del director o con operadores camarógrafos. Sin embargo, no es sino hasta hace cuatro años que comienzo a trabajar como técnica en el sector cinematográfico, gracias a una invitación de un profesor de cinematografía de Unesrte, César Padilla, en conjunto con la Villa del Cine (casa productora de cine nacional) para ser aprendiz de cámara en una película dirigida por Ignacio Márquez, llamada “Caimanes de la Galaxia”. Desde entonces todo mi Yo está girando en torno al cine. Ahora como técnica.

 -¿Qué significa para Victoria Telleria la dirección de fotografía?

-Es la disciplina más hermosa y precisa para narrar historias en imágenes, infinidades del mundo se cruzan con ella. El poder de contar con la luz, la vida misma. Es magia lo que podemos hacer con una imagen, jugar con los colores, enamorarte de ellos. Entender la luz y su comportamiento, la temperatura.  Hacer fotografía te da la oportunidad de aportar nuevas miradas, te invita a conocer cosas nuevas. Además de que te mantiene actualizada,fotógrafo o fotógrafa que no evoluciona junto con la tecnología, es porque no ve mas allá del horizonte. Hacer fotografía es un ejercicio muy divertido, hay demasiadas opciones. Es un departamento que tiene muchas cosas que hacer, puedes elegir entre ser maquina o grip, camarógrafa o asistente de cámara, eléctrica o media mánager, vídeo asistente o foquista. Y siempre vas a ser parte de la historia, digo, por  si eso es alguna preocupación particular, te enseña a tener disciplina y a ser ordenada.  

Es una labor, que agota pero que a la vez satisface. Pero toda labor es así, es una pasión.

-¿Matemática, física o que la cámara lo haga todo?

-La fotografía es matemática, física, química. La cámara es solo una de las herramientas necesarias para llevar a cabo una fotografía. Pero entender cómo se comporta la luz, a qué distancia ponerla del objetivo, qué diafragma utilizar, qué temperatura, etc. Eso es más complejo, pero una vez que lo entiendes, lo estudias y lo prácticas, puedes hacer hasta lo que creías imposible.

-Háblanos del flujo de trabajo en la dirección de fotografía siendo mujer.

-Por lo general es muy común que no te crean capaz de realizar ciertas tareas, como levantar la cámara y ponértela al hombro mientras caminas por la playa con el sol quemándote la nuca, o llevar monitores y contrapesos, llevar los tipo C o las maletas de ópticas. Siempre hay algún hombre que se te acerca y te dice: Ey, ¿te ayudo? Se te puede caer, yo lo llevo, tú agarra los cables SDI.

En una oportunidad escuché murmurar, “¿pero quién la deja agarrar eso?, ¡ay chamo, nada más estoy esperando que se le caiga!”, yo estaba montando la óptica en la cámara.

-¿Qué cosas crees que son necesarias para que estas prácticas se reduzcan, en principio al mínimo, y finalmente logren eliminarse del ejercicio cinematográfico y audiovisual?

-Que sigamos despertando, que sigamos echando humo, haciendo presencia, dejar de caer en intimidaciones. Debemos imponernos como mujeres, valorarnos a nosotras mismas como trabajadoras en esta área. Deberían existir normas y reglas en el medio, un sindicato de trabajadorxs cinematográficos en Venezuela que incluya a las mujeres en el ejercicio, que las invite a participar, que nos acompañe a naturalizar que somos parte del medio y que tenemos derechos igualitarios en el set. Hay que realizar talleres, encuentros, etc., de dirección de fotografía de mujeres para mujeres.

-¿Que haya una mujer a la cabeza del proyecto o del área de foto garantiza más mujeres en los roles técnicos de un rodaje?

-No, no hay garantía de nada. Para mí ha sido casi nulo tener compañeras técnicas en el set, para no decir que he sido la única en el departamento. Y cuando las hay, normalmente, son de media mánager, pero es poco común tener compañeras en el departamento de cámara. Imagínate en el departamento de electricidad, eso sí que no existe.

-En el mismo orden, ¿que haya una mujer al frente es garantía de un discurso emancipador libre de cosificación, clichets y representación hegemónica de la mujer?

-No, tampoco hay garantía. He visto cosas hechas por mujeres que son más denigrantes que cosas hechas por hombres. Pero hey, eso está cambiando, lo he visto, he seguido mujeres que en sus discursos visuales son una maravilla, son revolucionarias. Como yo… jeje, que busco eso, busco el cambiar, transformar, revolucionar, subvertir, de lo contrario no tiene sentido ninguno.


-¿Luz natural o artificial?

-Ambas. Puedes hacer magia con las dos. Pero eso sí, hay que aprender a aprovecharlas y a usarlas.

Ambas pueden ayudarte a tener un discurso particular. Eso es lo más maravilloso de este ejercicio. Cuando comencé, la forma en que entendía la luz no era nada. Pero ya pasados cuatro años y  viendo como distintas fotógrafos juegan con ella, más los estudios y mis propias prácticas, te digo la respeto. La luz es la fotografía en si misma, sin ella no veríamos nada, por ende nada existiría, entonces para mí la luz es la existencia misma.

Lo más bonito es cuando veo fotografías en donde la iluminación es básicamente todo el discurso. No soy de las que dicen pon una luz ahí para que se vea bonito, sino que soy de las que necesita que la luz tenga su propio significado, que nos diga algo, que tenga discurso propio. Que conmueva.

-¿Es distinta la foto en ficción y documental, tratándose de diferentes formas narrativas?, ¿y la mirada masculina que la femenina?

-Bueno, no diría que serían fotografías totalmente diferentes en la ficción o en el documental, todo va a depender del discurso que quiera dar o hacer ver. Sin embargo, existen códigos visuales, y como son géneros diferentes pueden ser utilizados ciertos códigos de encuadres, de luz, de movimiento que puedan marcarte algunas diferencias.

Son miradas distintas las de cada quien, no importa si eres hombre o mujer. Cada cabeza es un mundo, está en cada quien como quiera exponer sus ideas.

-Se nos educa de manera específica para que actuemos de manera específica, ¿crees que las escuelas de cine influyen en que las mujeres elijan o desistan de profesionalizarse en roles técnicos?

-No, creo que es el medio mismo el que ha estado tantos años repleto de hombres y de sus ideas fascistas patriarcales, que las mujeres se  han decidido por ocupar en el cine cargos de producción o de arte. Pero no, la universidad, o al menos en donde estudio, jamás he escuchado de ningún profesor o profesora que haya impuesto límites a alguna estudiante por la mención que quiera elegir. Incluso fue un hombre, profesor, cinematógrafo que ahora es mi amigo, quien me impulsó a estudiar la dirección de fotografía.

-¿Cuál ha sido la puesta más satisfactoria y más compleja en que te ha tocado participar?

-Una pauta bastante difícil para mí fue aquella en donde era la primera vez que hacía segunda asistencia de cámara, además era una producción grandísima e internacional. Llevábamos más de 24 horas sin dormir y  nos tocó como último plano agarrar un amanecer en la playa, pero estábamos montados en una piedra altísima, en donde si pisabas un poquito mal… !puff!, para el agua te ibas. Imagínate cómo estaba yo de asustada cuando me tocaba sostener la cámara para que el camarógrafo pudiera posicionarse. Esa pauta fue increíble, todo salió de maravilla, nada se cayó, ni siquiera yo… jejeje. La disfruté muchísimo y aprendí casi la mitad de lo que sé hoy. 

Estamos transitando tiempos muy interesantes, desde el punto de vista del lugar conquistado por las mujeres en la sociedad y a su vez el progreso avasallante no se detiene en cuanto la tecnología de la imagen, háblanos de eso.

-Es muy distinta una mujer técnica en los 90’s que una mujer técnica hoy día. Eso es innegable, pero así como dices, la tecnología no para y nosotras tampoco. Cada día somos más y seguirá creciendo sin parar esta lista de mujeres técnicas. Estamos revolucionando el sector cine.

Antes los equipos eran mucho mas grandes. Hoy en día cada vez son más pequeños, las cámaras, las luces, todo y con mayor resolución.  Aunque siguen existiendo equipos gigantes como la Panavision que tienes 16 maletas, no tuve la fortuna de vivir la transición del fílmico al digital, pero anhelo  vivir la experiencia, abrir una lata, montar un chasis, reenlatar y esperar la devolución del laboratorio para mí sería como un sueño cumplido.  

Cuando comencé como vídeo asist era un infierno los cables, recogerlos, lanzarlos, limpiarlos. Y cómo extraño eso a veces. Ahora todo es inalámbrico y a veces, según la casa que fabrica o lo corrido que están los dispositivos, pueden llegar a fallar más que el cable.

Antes habían solo algunas cámaras, ahora hay infinidad de ellas con sensores cada vez más grandes y ópticas cada vez mas complejas. Ahora hay follow focus inalámbrico, vídeo inalámbrico y todo tipo de accesorios, a veces siento que la tecnología va a terminar  dejando por fuera algunos cargos.

-¿Qué le dirías a las mujeres que están pensando en incursionar en la dirección de fotografía y demás roles técnicos en el cine?

-Que lo hagan y si tienen miedo, pues que lo hagan con miedo. Que no se cohíban nunca de preguntar algo que no sepan, nadie pero nadie nace aprendido. Que no paren nunca de intentar. Que no se dejen influenciar por esas ideas fascistas y patriarcales en donde nos hacen sentir incapaces e inferiores. Que nadie las desmotive.

En Venezuela hay más mujeres cinematógrafas de lo que creían. Solo que no nos veíamos porque el medio nos tenía invisibilizadas. Pero ahora que se preparen, que vamos con todo.

César Padilla / Buenos Aires – Caracas

Fotos: Cortesía de V.T.

 

 

 

 

 

 

 

 

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